domingo, 20 de mayo de 2007

Tierra a la vista!!!


Pisamos firme, pisamos tierra.
Ya llegados a La Isla del Sol en su parte norte decidimos tomar algo y alimentarnos para poder aguantar este día. Toda la gente que viajaba con nosotros lentamente y después de comprar algunos tentempiés empezaba su travesía hacia la parte sur, otros buscaban casa donde pasar la noche.
Nuestro estado era el de 4 sonámbulos. La noche anterior nos había dejado mal y necesitábamos recuperarnos para poder hacer esa caminata de 4 horas.
Insistieron molestamente que ingiera algún tipo de alimento y lo hice sin ganas. Comí lo que llaman Salchipapas. Son salchichas cortadas en finas fetas, freídas en aceite con papas fritas. No se si es que me sentía mal o si realmente era horrible. Me encargue de comprar unas cuantas botellas de agua y a eso de las 12 horas comenzamos nuestro recorrido.
El sol nos golpeaba en las ideas y la sombra se hacía desear, no había arboles a la vista.
Impresionados por el paisaje caminamos hasta llegar a la parte sur. Se hablo de todo, hasta Vaca nos contó de su libro y su novena revelación.
Lo mas loco de esta caminata fue que Toro y Yo tuvimos unos segundos de conección extraña. Caminábamos uno al lado del otro y de repente sentimos como si nuestras almas se hubiesen ido. Yo puedo hablar por lo que sentí, mi mente se apagó y mi cuerpo sin que yo lo maneje seguía su rumbo. No se si fue una hora o solo 2 segundos, pero fue como si durmiese con los ojos abiertos aunque ni siquiera percibía lo que pasaba al lado. Me apagué, me fui. No estuve presente. Lo loco de esto es que nos paso en el mismo instante a los dos y cuando volvimos en nosotros nos miramos y nos dimos cuenta que nos había pasado lo mismo y ninguno de los 2 lo podía explicar. Nuestra caminata terminó cuando llegamos a un primer hostal, donde frenamos a pedir agua para el mate. Era en la parte mas alta de la isla y tenía una vista increíble para los dos lados. La cholita que se encargaba del lugar salio un par de veces a ofrecernos alojamiento, nuestra respuesta fue negativa en un principio ya que creíamos que no era el lugar indicado pero su insistencia pudo mas y nos terminamos acomodando en los cuartos.

Estando afuera me dedique a la fotografía y conseguimos buenas tomas. Nos cruzamos nuevamente a las rubias, Vaca arregló para comer juntos a la noche. Antes de eso vimos el atardecer en un mirador con ellas.
Después de una gran siesta y una excelente charla con mi compañero de cuarto Toro nos decidimos por salir a comer. La incansable tormenta nos pisaba los talones hace unos días y hoy se desataba en la isla como hacía tiempo no pasaba. Salimos bajo la lluvia a buscar a las rubias pero no las encontramos por lo que decidimos volver rápido a nuestro hostal para ver si conseguíamos comer ahí. Terminamos nuestra comida y como si fuese casualidad llegaron ellas. Hicimos nuestra sobremesa con ellas, yo me retire a dormir junto con Toro. El cansancio nos ganaba.
La luz de la isla se corto de repente. Fue como un film de Hitchcock en donde el terror de la imagen fue mas que cualquier cosa. Me tape hasta las narices, salude a mi compañero y me dormí.
Al levantarme a la mañana siguiente el Dios Sol estaba acostado sobre el lago. Amanecía un día nuevo y le hacía honor al nombre de la isla.
Me entere que Santi tuvo una visita por la noche, algo que hacía cuí cuí. Parece que se despertó y vio en su cama algo grande, del tamaño de una zapatilla color negro. Se paró sobre su cama e intento moverse un poco para ver si el objeto se quedaba quieto. Por supuesto este se movió y logro que Santi salte directo hacia la cama de Vaca que se levantó preocupado aunque rápidamente esto se bajo de la cama y desapareció. Si señoras y señores, era una rata.
Salímos del hostal en busca del muelle del lado Sur, en la bajada nos cruzamos nuevamente a las rubias. Subimos al bote y arrancamos.
Futuro destino, Cusco.

1 comentario:

Anónimo dijo...

No sabés la fiesta que te perdiste el Domingo a la noche!