pipipipí-pipipipí-pipipipí-pipipipí-pipipipí.
Sonaba mi maldito despertador y no sabia como llegar a el.
Mi cuerpo inmóvil postrado en la cama y yo incapaz de manejar mis extremidades.
Una puerta se abre, deja entrar mucha luz que ciega mis ojos.
Parado frente a mi, un angelical cuerpo de mujer con una bandeja me dice; "buenos días amor, es hora de ir a la escuela".
Mi humor cambia, mi cuerpo se vuelve móvil, mi madre besa mi frente y sigo mi día normal.
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